viernes, 26 de abril de 2024

26 de abril fiesta de Nuestra Señora del Buen Consejo.



Mucho antes de la venida de Cristo, el pequeño pueblo de Genazzano, a treinta millas de Roma, construyó un  templo a Venus, la diosa pagana del amor, a la que le tenían particular adhesión. Allí se le ofrecía culto y  celebraban grandes fiestas en su honor, especialmente el 25 de abril. Todos los años la gente de Genazzano gozaban de las festividades bailando y cantando.

En el siglo IV de nuestra era, cuando el cristianismo había sido públicamente reconocido en el Imperio Romano, el Papa San Marco (336d.C.) mandó construir una iglesia en una colina sobre el pueblo, no muy lejos de las ruinas del antiguo templo pagano. La iglesia, firme y fuerte pero pequeña y sencilla, fue dedicada a Nuestra Señora del Buen Consejo. A sabiendas del amor que la gente de Genazzano le tiene a las fiestas y celebraciones, el Papa declaró el 25 de abril (fecha de las antiguas fiestas paganas), como día de celebración cristiana en honor de Nuestra Señora del Buen Consejo.  La Iglesia respeta las costumbres de los pueblos pero siempre busca purificarlas de todo error y elevarlas hacia Dios.

A través de los siglos, Nuestra Señora fue honrada de manera especial en la pequeña iglesia de la colina, la cual se puso a cargo de los frailes de la Orden de San Agustín en 1356. Con el tiempo, el uso y los desgarros comenzaron a afectar el anciano templo. Para el siglo XV, la iglesia se había venido desvencijando tanto que algunos temían su total colapso. Pocos, sin embargo, parecían tener interés en repararla, posiblemente porque habían iglesias mas nuevas y mejores en el pueblo.

Una viuda santa, Petruccia de Geneo, que amaba a la Virgen devotamente, se sintió inspirada a reconstruir la iglesia. Deseaba que la iglesia fuera más grande y más bonita, más apropiada para la Madre de Dios. Confiando en Nuestra Señora, Petruccia contrató trabajadores y constructores, compró también los materiales y vio las paredes subir. Sus vecinos la observaron por un tiempo en silencio, luego comenzaron a burlarse de ella, especialmente cuando les pedía ayuda.

Petruccia no podía comprender la actitud que sus vecinos y pensaba que su amor a Nuestra Señora los inspiraría a ofrecer ayuda. Pero los corazones no estaban para eso. Ellos sabían que construir una iglesia grande y bonita era un gran proyecto y que Petruccia tenía dinero, pero no lo suficiente. Percibían la obra como un acto de orgullo y presunción por parte de Petruccia y la criticaban. Cuando la obra tuvo que detenerse por falta de fondos, las paredes sin terminar fueron nombradas "la locura de Petruccia".

Probablemente Nuestro Señor permitió todo esto para fortalecer el amor y la confianza de Petruccia. La envidia, la falta de caridad, y los desacuerdos purifican y prueban toda obra de Dios.  Ella no se dejó dominar por los obstáculos; estaba determinada a hacer todo lo que pudiese para ver la iglesia completada. Sentía que Nuestra Señora había inspirado el trabajo y que Ella lo apoyaría cuando fuese su tiempo. Decía que algún día "una gran Señora vendría a tomar posesión de ella". Petruccia entonces recurrió a sacrificios y oraciones más fervorosas.

Un poco después, durante la fiesta del pueblo, el 25 de abril, día de San Marcos de 1467, muchas personas estaban congregadas en la plaza del mercado pasando un buen rato,  festejando, bailando y cantando. No se sabe por qué ya no rendían honor a Nuestra Señora del Buen Consejo en ese día, como lo habían hecho sus antepasados en siglos anteriores. Probablemente a través de los siglos su devoción por Nuestra Señora se había disminuido, pero habían conservado el amor por las fiestas.

En medio de las fiestas, alguien vio una nube encopada flotando bien bajo a través del claro cielo azul. El asombro paralizó el baile y el canto. Toda la atención fue puesta en la nube que bajaba despacio y que finalmente se detuvo en un borde angosto de las paredes sin terminar de la iglesia de Petruccia. La nube se abrió gradualmente, y en su centro apareció una bellísima pintura de Nuestra Señora con el Niño Jesús. Todas las campanas del pueblo comenzaron a sonar sin la ayuda de manos humanas.

Atraídos por el inesperado y fuerte repicar de las campanas, la gente de las villas aledañas se apresuraron a Genazzano para averiguar la causa. Mientras tanto, al escuchar del milagro, Petruccia, que estaba orando en casa, se apresuró a la iglesia para arrodillarse ante la pintura. Llena de alegría dijo que ella sabía que Nuestra Señora vendría a tomar posesión de su iglesia. Toda la gente se le unió en las alabanzas a Nuestra Señora.

Nadie conocía la procedencia de la pintura ni la había visto antes. Pronto una maravillosa lluvia de gracias y milagrosas curaciones comenzaron a suceder. En solo cuatro meses, 171 milagros fueron archivados. La gente comenzó a llamar a la imagen "Nuestra Señora del Paraíso" porque creían que había sido traída a Genazzano por manos de los ángeles ocultos en la nube encopada. Otros, por los numerosos milagros, la llamaban "Nuestra Señora de los Milagros".


Durante este tiempo, dos extranjeros procedentes de Scutari, Albania, llegaron a Genazzano buscando la milagrosa pintura de la Virgen.  Ellos contaron su testimonio. Scutari fue la última ciudad tomada por los Turcos en su invasión de Albania.   Cuando comprendieron que ya no podían resistir más, le pidieron consejo a la Virgen sobre que hacer para mantener su fe católica en aquellas circunstancias.  Esa noche, ante el asombre de los dos albaneses la imagen de la Virgen se desprendió de la pared y elevándose por los cielos se comenzó a trasladar lentamente hacia el oeste.  Así pudieron seguirla, cruzar el mar adriático que separa Albania de Italia, hasta que llegaron a Genazzano. Así decidieron quedarse en Genazzano para vivir cerca de su Señora, que también se había refugiado.

Cuando el Santo Padre en Roma escuchó acerca de la pintura y de sus muchos milagros, mandó a dos obispos como comisionados a examinar y estudiar los acontecimientos extraordinarios. 
Después de una cuidadosa investigación, el Papa y los comisionados quedaron convencidos de que la pintura era verdaderamente Nuestra Señora del Buen Consejo, que había sido venerada por siglos en el pequeño pueblo de Scutari. El espacio vacío con las dimensiones exactas donde había estado la pintura en la iglesia fue evidente para todos. La imagen- del espesor de cáscara de huevo- había sido pintada sobre el yeso de la pared. Ninguna habilidad humana podría haber tomado con éxito la pintura de la pared sin romperla. Ninguna mano humana podría haberla traído a través del mar Adriático y colocarla en el borde angosto de la iglesia sin sujetarla.
Naturalmente, la iglesia de Petruccia fue completada. Más bien, hubieron tantas donaciones y fue ofrecida tanta ayuda que se convirtió en una bella basílica. La pintura fue puesta en un relicario maravilloso con un marco de oro adornado con piedras preciosas. Más tarde dos coronas de oro enviadas por el Vaticano fueron colocadas en las cabezas de la Madre y el Niño. La pintura aún está en la iglesia, "la locura de Petruccia". Los monjes Agustinos son los guardianes especiales de la iglesia y de la pintura milagrosa.

La basílica ha sido afectada por los siglos. Sufrió particularmente por la Segunda Guerra Mundial ya que para arrestar el avance de los Aliados, los alemanes no dudaron en bombardear las iglesias. En Genazzano, el santuario de Nuestra Señora no se libró. Una bomba explotó en el con toda fuerza. El altar mayor fue completamente destruido, todas las pinturas y las estatuas en las paredes alrededor se vinieron abajo, pero la milagrosa pintura de Nuestra Señora del Buen Consejo, se mantuvo perfectamente intacta, tan bella como cuando Petruccia la vio por primera vez.


Nuestra Señora tiene los ojos parcialmente bajos como si estuviera escuchando con intensidad. Su vestido verde oscuro está adornado con un borde de oro. Su manto azul oscuro cubre su cabeza y sus hombros y cubre parcialmente al Niño Jesús, quien tiene una mano alrededor del cuello de su Madre. 
Su mejilla toca la de ella, y su mano izquierda esta sosteniendo el cuello de su vestido. El vestido rojo del Niño esta adornado con un borde de oro. La expresión en ambos, Madre e Hijo es de una profunda atención. El Niño Jesús parece que está listo para susurrarle algo a Su Madre. Es una pintura sencilla pero atractiva.

En los últimos cuatro siglos innumerables peregrinaciones y muchos milagros han ocurrido en el santuario de Nuestra Señora, Madre Amorosa que es para todos un tesoro de la gracia divina. Acude a ella con tus pequeños problemas; ve a ella con tus grandes problemas; confía en su guía. Ella es verdaderamente Nuestra Señora del Buen Consejo.

Las palabras "Madre del Buen Consejo" fueron insertadas por Pío IX a las letanías de la Virgen María.

jueves, 25 de abril de 2024

25 de abril fiesta de San Marcos Evangelista.


Parece que su familia era la dueña de la casa donde Jesús celebró la Última Cena, donde estaban los apóstoles reunidos el día de Pentecostés cuando recibieron al Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego.

Era un niño cuando Jesús predicaba y, probablemente fue uno de los primeros bautizados por San Pedro el día de Pentecostés. Era primo de San Bernabé y acompañó a este y a San Pablo en el primer viaje misionero que hicieron estos dos apóstoles. Pero al llegar a regiones donde había muchos guerrilleros y atracadores, donde según palabras de San Pablo: "había peligro de ladrones, peligro de asaltos en los caminos, peligro de asaltos en la soledad" (2 Cor.), Marcos se atemorizó y se apartó de los dos misioneros y se volvió otra vez a su patria.

 En el segundo viaje Bernabé quiso llevar consigo otra vez a su primo Marcos, pero San Pablo se opuso, diciendo que no ofrecía garantías de perseverancia para resistir los peligros y las dificultades del viaje. Esto hizo que los dos apóstoles se separaran y se fueran cada uno por su lado a misionar. Después volverá a ser otra vez muy amigo de San Pablo. San Marcos llegó a ser el secretario y hombre de confianza de San Pedro. 
Como le escuchaba siempre sus sermones que no eran sino el recordar los hechos y las palabras de Jesús, Marcos fue aprendiéndolos muy bien. Y dicen que a pedido de los cristianos de Roma escribió lo que acerca de Jesucristo había oído predicar al apóstol.
 
Esto es lo que se llama "Evangelio según San Marcos". El evangelio de San Marcos es como una repetición de lo que el Apóstol Pedro predicaba. Es el más corto de los 4 evangelios. El de San Lucas tiene 1,140 frases. El de Mateo 1,068. El de San Juan 879 y el de San Marcos solamente tiene 746 frases. Son 16 capítulos llenos de narraciones muy vivas, gráficas, salpicadas de detalles interesantes. Se propone no dejar de narrar lo que contribuya a hacer más llamativa la narración.

Allí parece estar hablando un testigo ocular que se ha fijado en todo y lo repite con agrado. Es el reflejo de lo que San Pedro presenció y que se le ha quedado grabado en su memoria. 
Se fija más en los hechos de Jesús que en sus discursos. Sus narraciones son agradables por lo frescas y espontáneas. Parece un reportero gráfico narrando lo que sus ojos vieron y sus oídos escucharon. Presenta atractivos cuadros: gestos, miradas, sentimientos de Jesús. Dicen los especialistas que el evangelio de San Marcos mientras más se le estudia, más se convence uno de que el que lo escribió era un verdadero artista de la narración y que con este escrito contribuyó a que muchos millones de lectores se entusiasmen por la persona de nuestro amable Salvador.
 
Un sabio afirmó que "el evangelio de San Marcos es el libro más importante que se ha escrito", pues parece que fue el primer evangelio que se escribió y que de él sacaron mucho material los otros tres evangelistas. San Marcos tiene 105 paisajes y de ellos aparecen 93 en Mateo y 85 en Lucas. De las 746 frases de Marcos, San Mateo reproduce 606 y copia el 51% de las palabras que emplea Marcos. 
San Lucas reproduce en su evangelio 320 de las 746 frases de San Marcos. Solamente hay 24 frases de San Marcos que no se encuentran ni en Mateo ni en Lucas. Por eso es que el Evangelio de San Marcos es un libro verdaderamente importante.

San Pedro llama a Marcos en sus cartas: "Hijo mío". Y San Pablo cuando escribe a Timoteo desde su prisión en Roma le dice: "Tráigame a Marcos, porque necesito de su colaboración". Dicen los antiguos historiadores que fue un compañero muy apreciado por los dos apóstoles. Dicen que San Marcos fue nombrado obispo de Alejandría en Egipto, y que allá en esa ciudad fue martirizado por los enemigos de la religión un 25 de abril. La ciudad de Venecia (Italia) lo eligió como patrono y construyó en su honor la bellísima Catedral de San Marcos.







25 de abril fiesta del Beato Mario Borzaga y del catequista Pablo Thoj Xyooj.


Beato MARIO BORZAGA
1932-1960

El sueño de un llamado a ser un hombre feliz

"Oré, estudié, soñé ...."

Nació en Trento (Italia) el 27 de agosto de 1932. A Mario le encantaba trepar a los árboles, andar a caballo o por las calles en una bicicleta demasiado grande para él o bien caminando por las montañas.

Al crecer en un ambiente de familia, profundamente cristiana experimentó una atracción para el sacerdocio y fue al seminario menor diocesano, del cual escribió: "Me encantó Jesús en los sacramentos y las devociones a María, en este lugar: oró, estudió con éxito y soñó”.

En el seminario mayor descubre su amor por la naturaleza, madurado en él una observación sensible de la gente y las cosas que se expresan, esto lo manifestaba regularmente en su diario. Sus compañeros seminaristas hablaron acerca de su profundidad espiritual que llamó a Mario, a un compromiso más profundo.

UN SUEÑO MISIONERO

Mientras escucha el discurso de un misionero visitante, Mario se dio cuenta de su vocación al apostolado de frontera como Misionero Oblato, y para lograr esto, fue necesario cortar vínculos con su familia y amigos.

Él, en consecuencia comenzó su año de noviciado en la Congregación de los Misioneros Oblatos de la Virgen María Inmaculada, definiéndolo como "el año en el que probamos nuestras posibilidades de entrega total al Señor, un año en el que nos encontramos con las renuncias, debemos vaciarnos por completo de nosotros mismos, del mismo modo que vaciar una bolsa de basura, sin remordimientos, sin quejas. "

Durante sus años de preparación para ser un misionero, tenía un objetivo espiritual claro: parecerse lo más posible a Cristo sacerdote, víctima y apóstol.

Quería lograr esto por medio de la Eucaristía y su profunda devoción a María Inmaculada. La Eucaristía como fruto del sacrificio de Cristo en la cruz, es decir, el gran acto de amor. María Inmaculada, porque ella dio a Jesús al mundo, y Mario quería imitarla hasta el punto de convertirse en un misionero como ella: como portador de Cristo Salvador.

LAOS, la desilusión.

A los 25 años fue ordenado sacerdote y en 1957 fue enviado a Laos en misión, con el primer grupo de misioneros italianos, uno de los países más pobres del mundo con un pequeño porcentaje de  cristianos.

 Su primer año fue difícil y lo pasó en el remanso de la misión. No fue capaz de comunicarse con la gente, se esforzó por aprender el idioma local, y fue incapaz de ejercer su ministerio sacerdotal plenamente, esto lo llevó a expresar sentimientos de inutilidad para la misión: "Mi cruz soy yo mismo. Mi cruz es el idioma que no consigo aprender. Mi cruz es mi timidez que me impide decir una palabra en Laos. "

 Allí recibió una muestra de las dificultades por las que pasa un misionero extranjero, pero en ella buscó la presencia de Dios: "Todo es tuyo, incluso el malestar, la angustia, el remordimiento, la oscuridad ...

 Finalmente, a los 26 años de edad, recibió la responsabilidad de su primera misión. Las demandas aquí eran superiores a sus fuerzas: el cuidado de los que ya se habían convertido al cristianismo, el apostolado con los que estaban lejos, aprender un nuevo idioma, atender  una escuela de formación para los nuevos catequistas, y las colas de enfermos para ser atendidos todos los días.

Los retos eran difíciles, y Mario experimentó el peso de esta responsabilidad. En lugar de ceder, fue capaz de encontrar en su gran amor a Jesús la fuerza necesaria para seguir creyendo que estaba en este lugar porque era donde Dios quería que fuera: "Los misioneros estamos hechos de esta manera: dejar todo es normal, moverse constantemente  es una necesidad; mañana las carreteras serán nuestras casas; si estamos obligados a detenernos temporalmente en una casa, nos tenemos que transformar en un camino hacia Dios. "



Su breve existencia – no llegó a su cumpleaños número 28 - llegó a su fin en la soledad del bosque, después de caminar por la ladera de la montaña, mientras regresaba de un viaje apostólico con Paul Thoj Xyooj laico catequista de 19 años. 

Ellos fueron condenados a muerte por un grupo de guerrilleros comunistas, interrumpiendo así para siempre en esta tierra, el maravilloso sueño de este joven misionero. "Desapareció" en la última gira apostólica, junto con su catequista, que intentó defenderlo y corrió su misma suerte, en Kiukatiam (Loung Prabang), el 1º de mayo de 1960. 

Fueron asesinados por odio a la fe (martirio “in odium fidei”)  por guerrilleros comunistas del Pathet Lao, que después habrían asumido el control del país, hasta la proclamación de la República democrática popular de Laos en 1975. Para la Iglesia comenzó una fase crítica. En 1976 fueron expulsados todos los misioneros, mientras las iglesias, capillas y propiedades fueron confiscadas. 

Los primeros signos de una débil liberalización llegaron en 1991, con la aprobación de la nueva Constitución, que reconoce la libertad de culto. Después se fue dando la progresiva apertura hacia el mundo exterior hasta llegar a la situación de hoy, entre dificultades y perspectivas esperanzadora


Papa Francisco, autoriza la beatificación.

El martes 5 de mayo de 2015, el Papa Francisco recibió en audiencia al cardenal Angelo Amato SDB, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, en ella autorizó a este Dicasterio promulgar el decreto de beatificación.

 Los obispos de Laos, esperan su visita “ad limina apostolorum” desde hace ocho años. Lo confirmó el Vicario apostólico de Luang Prabang, Tito Banchong Thopanhong, que definió este año 2015 como «un año de bendición para la pequeña Iglesia laosiana», y recordó que en diciembre de este mismo año serán ordenados tres nuevos sacerdotes en su vicariato: «Un signo de gran esperanza», que se suma al «fuerte impulso» que da la inminente beatificación de Borzaga y Thoj Xyooj.


«Qué alegría ser santos, ser apóstoles, ser mártires a fuego lento». Así escribió en su diario el joven misionero de los Oblatos de María Inmaculada Mario Borzaga, como si estuviera prediciendo el fin de su aventura terrena, en el norte de Laos en 1960.


«Cada instante es un paso hacia la santidad o un paso hacia atrás», escribió Borzaga en 1959. La figura del joven sacerdote misionero –explicó el postulador de la causa, Angelo Pelis– fascina especialmente a los jóvenes. Se ha editado: “Diario de un hombre feliz”, que describe la personalidad de Borzaga y su vocación a la santidad.


La figura del joven misionero italiano fue, seguramente, un impulso, pero el caso del catequista Pablo Thoj Xyooj, el primer laosiano que llega a la gloria de los altares, tiene un significado particularmente importante hoy. 


La Iglesia católica en Laos, efectivamente, está pasando por una delicada fase de transición en la que el pequeño rebaño de los fieles locales (45 mil católicos en un país de seis millones de habitantes y de mayoría budista) tiene cada vez más libertad, mientras gradualmente va disminuyendo la presión del régimen, presupuesto para una obra pastoral serena y para el crecimiento de la fe.

miércoles, 24 de abril de 2024

24 de abril fiesta de San Benito Menni.



Origen familiar y vocación hospitalaria

La ciudad de Milán fue su cuna, habiendo nacido y sido bautizado el mismo día 11 de marzo de 1841. 

Se le puso el nombre compuesto de Ángel-Hércules, que han sido como una premonición del espíritu y fuerza, que había de caracterizar su personalidad.

Era el quinto de quince hijos del matrimonio formado por Luis Menni y Luisa Figini. 

En su hogar cálido y acogedor halló el apoyo y estímulo para su desarrollo intelectual y personalidad.

La llamada de Dios la siguió pronto: fino de conciencia, dejó un buen trabajo en un banco y, altruista ante el que sufre, se ofreció a ayudar al traslado de los soldados heridos que llegaban de la batalla de Magenta, cerca de Milán.

Admirado de la entrega que entonces descubrió en los Hermanos de San Juan de Dios, a los 19 años pidió el ingreso en la Orden Hospitalaria.

Con el nombre de Benito inició la vida religiosa y se consagró a Dios y a la asistencia de los enfermos; con el mismo nombre le veneraremos como San Benito Menni.




Formación y misión hospitalaria

Durante sus estudios de enfermería y sacerdotales fue forjando su personalidad religioso-hospitalaria, que puso a disposición de los superiores, es decir de la causa en favor de la sociedad más necesitada, como eran tantos enfermos.

España, la cuna de la Orden Hospitalaria, vivía entre luchas políticas en declarada hostilidad hacia lo religioso, mientras la obra de Juan de Dios había quedado prácticamente extinguida; necesitaba un impulso renovador, y Benito Menni será la persona providencial para su realización.

Destinado a España en 1867, llevó a cabo sus dos grandes obras: la restauración de la Orden de San Juan de Dios y la fundación de la Congregación femenina, " Hermanas Hospitalarias del Sdo. Corazón de Jesús ".

Su espíritu magnánimo, capacidad y disposición le ayudaron a superar muchas dificultades y tomar grandes iniciativas de especial consideración en pro de los enfermos y su asistencia integral.

Restaurador de la Orden Hospitalaria

Mandado por el entonces General de la Orden Juan M. Alfieri, que siempre fue su apoyo, y con la bendición del papa Pío IX antes de salir de Roma, Benito Menni manifiesta desde el primer momento su fuerte voluntad y espíritu decidido. A los pocos meses abre con éxito el primer hospital infantil de España en Barcelona (1867), que constituye el inicio de su extraordinaria obra restauradora, que dirigirá durante 36 años.

Desde el primer momento, gracias a su empeño vocacional, se le unirán numerosos y generosos seguidores, con los cuales a su vez podrá dar continuidad a las nuevas instituciones hospitalarias, que se multiplicarán por España, Portugal y México, continuando después por todo el nuevo mundo.

Fundador de las Hermanas Hospitalarias

Con la llegada a Granada (1878), Benito Menni entra en contacto con dos jóvenes, María Josefa Recio y María Angustias Giménez, las cuales serán en 1881 la semilla de una nueva Institución sanitaria,  netamente femenina, con característica específica para la asistencia  psiquiátrica.

En Ciempozuelos, Madrid, tiene su origen y se constituye la Casa Madre de la "Congregación de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús", la cual es aprobada por la Santa Sede en 1901.

Como signo de su identidad en el servicio hospitalario les transmite su lema en seis palabras: "rogar, trabajar, padecer, sufrir, amar a Dios y callar".




Muy pronto, sin embargo, la nueva fundación extiende sus alas de caridad misericordiosa y se establece por diversos países de Europa y América Latina, y más tarde por África y Asia. Actualmente, en que tiene lugar la canonización de Benito Menni, su fundador, se hallan presentes en 24 naciones con más de 100 Centros hospitalarios.

Benito Menni, en cuanto Fundador y Padre espiritual, les  infundió su espíritu característico juandediano, continuando durante más de 30 años su dirección y formación ascético-hospitalaria. 

Visitador y Superior general de la Orden

La magna obra que Benito Menni realizó como restaurador y fundador se extendió, llamado por la Santa Sede, en favor de toda la Orden siendo nombrado primero Visitador Apostólico de la misma (1909-1911) y a continuación como Superior General (1911), a cuyo cargo, sin embargo, tuvo que renunciar un año después por incomprensiones y por motivos de salud.

Sus dos últimos años los pasó en humildad y purificación, muriendo santamente, lleno de méritos, en Dinán, Francia, el 24 de abril de 1914.





Sus restos, trasladados por sus Hermanos de España a Ciempozuelos, hoy son venerados bajo el altar central de la "Capilla de los  Fundadores" en la Casa Madre de sus Hijas Hospitalarias de Ciempozuelos.
 
En la Gloría de los santos

Abierto su proceso de santidad en la diócesis de Madrid, donde está enterrado, en los años 1945-1947, sus virtudes fueron reconocidas como heroicas por la Congregación para las Causas de los Santos el 11 de mayo de 1982, por lo que pasó a ser considerado " Venerable".

Reconocida como milagrosa la curación en favor de Dña. Asunción Cacho, fue proclamado "Beato" en la Basílica vaticana por el Papa San Juan Pablo II el 23 de junio de 1985. Su canonización fue el 21 de noviembre de 1999.





martes, 23 de abril de 2024

23 de abril fiesta de San Jorge de Capadocia.



San Jorge de Capadocia fue un mártir cristiano, y probablemente uno de los santos más famosos del santoral, aquí se presentará como ejemplo de valor y lealtad por Cristo.

Su vida

San Jorge fue un soldado que murió martirizado en el siglo III. Circulan muchísimas leyendas sobre su vida y martirio, y es posiblemente, uno de los santos más populares de toda la cristiandad. Con seguridad tan sólo conocemos lo arriba citado, sin embargo análisis históricos de las distintas tradiciones y el trabajo de los bolandistas nos han permitido inferir más detalles sobre su vida.

Jorge nació en Capadocia (la actual Turquía) en el siglo III, su padre era Geroncio, un soldado del Imperio Romano de Oriente que murió al poco de nacer Jorge. Su madre, Policromía, le llevó con ella a su ciudad natal: Lydda (La actual Lod, en Israel), donde creció y acabó convirtiéndose también en soldado, alcanzando rápidamente un puesto destacado, llegando a ser tribuno y comes y siendo destinado a Nicomedia, con la guardia personal del emperador.

Ignoramos si era cristiano de antes o se convirtió durante su estadía en el ejército, pero el caso es que en los años 303 y 304 DC. El emperador Diocleciano emitió una serie de edictos por los cuales se obligaba a los cristianos a hacer sacrificios a los dioses romanos y se perseguía a los que se negasen a hacerlo (Este momento fue conocido como la Gran Persecución de Diocleciano, y tuvo un alcance terrible). Diocleciano ordenó a San Jorge perseguir y ejecutar a los cristianos, pero él se negó, atreviéndose a criticar la decisión tomada por el emperador en su presencia.

Diocleciano reaccionó violentamente, ordenó su tortura y ejecución. Así en abril de 303, frente a las murallas de Nicomedia, San Jorge fue torturado cruelmente durante varios días (la tradición nos dice que se usaron 4 métodos distintos de tortura) y decapitado el día 23, se dice que sin emitir una sola queja.

Se cree que su ejemplo alentó a muchos cristianos a resistir, entre ellos a una sacerdotisa pagana conversa y a la emperatriz Alejandra, esposa de Diocleciano, que fueron también martirizadas (aunque como veremos, se cree que Alejandra murió antes). San Jorge fue enterrado en Lydda.

San Jorge Mártir

Es en Lydda donde aparece la primera iglesia dedicada a él, durante el reinado del emperador Constantino el Grande, convirtiéndose muy pronto en uno de los santos más populares. Su devoción se extendió en el Siglo V por occidente, y fue canonizado por el papa Gelasio I en el 494 DC  junto con aquellos cuyos nombres son justamente reverenciados, pero cuyos actos sólo son conocidos por Dios.

Los primeros cruzados que volvieron de oriente trajeron consigo una alta opinión de la intercesión del santo, convirtiéndose rápidamente en uno de los santos patronos de los caballeros. El santo fue asimilado por el Islam, quien también le venera cómo Al-Hadr (el caballero verde). Las Iglesias ortodoxas consideran hoy en día a San Jorge como uno de sus santos mayores.

Durante el Concilio Vaticano II, Pablo VI retiró del santoral católico la festividad de San Jorge (23 de abril) aunque la mantuvo cómo optativa, lo que no quiere decir ni mucho menos que se prohíba su devoción o que no se reconozca cómo santo, simplemente fue retirado porque se quería poner el énfasis en santos más modernos y con una biografía más fiable.

San Jorge y el Dragón

A partir de su martirio y junto con la expansión de su devoción se difundieron muchas versiones de su martirio, varias de ellas incluían a San Jorge siendo cortado en pedazos, decapitado y resucitando varias veces y hasta una columna de fuego que descendía para matar a Diocleciano.

Sin embargo la más famosa sin duda es la versión de San Jorge y el Dragón(Aparecida en el Siglo XIII), la cual tenía varias variantes, pero manteniendo siempre un núcleo central. 

Un terrible dragón atemorizaba la ciudad de Lydda, devorando el ganado y manteniendo a toda la población espantada. Acabado todo el ganado los habitantes decidieron ofrecer al dragón doncellas vírgenes para aplacar su hambre, al tiempo le tocó el turno a una princesa, la cual fue voluntariamente para salvar a su pueblo. Estando el dragón a punto de devorarla apareció San Jorge con armadura y montado en un caballo blanco, se interpuso entre la dama y el dragón y le mató de una sola lanzada. Liberada la princesa, San Jorge convirtió al cristianismo a todos los habitantes del pueblo y repartió generosamente sus riquezas, tras lo cual lo abandonó sin aceptar recompensa alguna.

Esta historia, evidentemente inventada, guarda curiosas similitudes con la vida del santo. Muy probablemente fue una corrupción de la historia original, que perdiendo los elementos secundarios, mantuvo el mensaje que se quería conservar. De esta forma se puede observar cómo el San Jorge de la leyenda y el real realizan un acto extremadamente meritorio que implica la salvación (espiritual o material, según la versión) de mucha gente, en especial de una princesa.

La derrota del dragón (en un caso un animal físico, y en el otro del Dragón llamado diablo, que le tentaba durante su martirio) delante de todos, que implica la salvación del pueblo (Del pueblo de Dios, es decir, de los cristianos, evitando que se acobarden y renuncien a Dios, en el caso de la historia real). 

El hecho de que sea común a varias versiones que San Jorge derrotase al dragón de una sola lanzada (acto insólito en las historias medievales, pues una lucha larga y dificultosa sirve en general para engrandecer aún más el valor y fuerza del caballero) nos indica que llevó a cabo esa hazaña de manera especialmente sobresaliente, pudiendo significar esto una entereza fuera de lo común durante el martirio. 
En el caso de la princesa rescatada se refiere muy probablemente a la emperatriz Alejandra, la cual, según una leyenda no comprobada, alentada por su ejemplo, fue a dar su vida en martirio, pero murió de forma pacífica momentos antes de sufrirlo por intercesión de San Jorge.

La leyenda del dragón vino con varias interpretaciones metafóricas y didácticas de la historia, convirtiendo al dragón en el Diablo, el mal, etc; al caballo blanco se le identifica con la Iglesia, con la fe o con el mismo Cristo y a la princesa con la Iglesia, generalmente.

Patronazgo

A lo largo de la historia San Jorge se ha convertido en el patrón de muchos reinos y ciudades (especialmente durante la Edad Media), entre los más conocidos figuran: Aragón, Inglaterra, Georgia (que también le da el nombre), Génova, Moscú (cuya bandera es un San Jorge a caballo con fondo granate), Portugal, Cáceres...

También fue santo patrón del estamento de caballería, de los ejércitos de Rusia, del movimiento Scout y de las Órdenes Teutónica y de Calatrava.

Su emblema es una cruz roja con brazos que llegan hasta los extremos y fondo blanco. Fue utilizada profusamente y aun ahora puede verse en multitud de banderas nacionales y regionales, con el notable ejemplo de la enseña de Inglaterra, conformada exclusivamente por la llamada Cruz de San Jorge.

Iconográficamente se le suele representar a lomos de un caballo blanco, sujetando una lanza clavada en un dragón que suele aparecer a sus pies y recubierto de armadura, a modo de caballero de Dios victorioso contra el mal. Se le considera el santo guerrero por excelencia, y junto con San Miguel Arcángel, el terror de los demonios.